Si te gusta y te lo puedes permitir.
La intuición
No sé si todo el mundo tiene, pero yo sí. Aparentemente no hay una sola razón para desconfiar, pero siento que las cosas no están donde debieran. O tiene muy mala pinta, pero se siente tranquilo. Es una habilidad más, como saber dibujar o cantar.
Es injusto que nadie se tome en serio la intuición sólo porque es irracional. Si tuviera que ir a una entrevista de trabajo y me preguntasen eso de ‘tus mejores cualidades’, ser intuitiva sin duda está en el top 3.
Siempre que la he cagado a lo grande, ha sido por intentar racionalizar la intuición, sometiéndola a parámetros cuantificables que no pertenecen al mismo plano, normalmente por tener que justificarme ante un tercero que me hace ver que no tengo ‘razones de peso’. La intuición es la razón de peso.
Elegí mi piso – y firmé una hipoteca a más años que los que llevaba de vida hasta ese momento – sólo por intuición. Vi varios pisos antes que este. Muchos. Bastantes. En el primero que vi entré y la sentí botando en el pecho: este es, compra. Escuché a mi padre, escuché al arquitecto: tienes que ver más, no puedes quedarte con lo primero que te encuentras, es que el ascensor es muy pequeño y si tienes gemelos no entra el carrito. Vas a pasarte la vida viendo los calzoncillos del de enfrente en vez de la calle. ¿Segura que quieres eso? Me daban igual los gemelos hipotéticos y los calzoncillos del de enfrente, pero si dos personas –una de ellas arquitecto– que prácticamente me doblan la edad me estaban echando para atrás por algo sería.
Sabela me dijo que ella tenía un excel que me iba a ayudar mucho. Lo abrí y aquello tenía 15 columnas con parámetros objetivos que se cruzaban para elegir con toda la lógica de este universo qué piso era el mejor en cuanto a calidad precio. –Garaje, sí o no. Metros cuadrados. Orientación. Habitaciones por metros. Cuando se cambió el ascensor. Cuánto vale la cuota de la comunidad–. Me faltaban columnas –te ves desayunando frente a la ventana, sí o no. Sonreíste al ver tu habitación, sí o no. Te gusta el barrio, sí o no. Tienes un bar de confianza debajo, sí o no–. En cuanto vi ese excel, supe que tenía que llamar al de la inmobiliaria. Para mí el mejor no se mide por lógica aplastante, se mide en esas otras cosas que simplemente, se sienten. ‘Hola soy Sara, fui ayer a ver el piso en López de Neira, que lo quiero’. Me respondió que yo fui la primera visita y en cuanto llegó al siguiente, lo vio y lo compró. Supongo que porque estaba a 300 metros del km. 0 de la ciudad y valía 120k. O se enamoró y no le importaron los calzoncillos en el tendal ni los gemelos que no entran en el ascensor.
Uno de mis clientes trabaja haciendo proyectos para casas de alta alcurnia. Le pregunté cómo elegía él las casas que reforma y luego alquila, qué les ve, qué valora parar decidir. Me contestó lo siguiente: ‘Una casa, igual que una persona, nunca va a tener todos los checks de tu lista. Lo importante es lo que te hace sentir. Y eso normalmente se sabe al minuto. Ordena tus prioridades y valora qué estás dispuesta a sacrificar. Si te gusta, te lo puedes permitir y sólo le falta una cosa de tu lista, dale. No creo que te equivoques’.
Me prometí que la próxima vez que lo sintiera, no lo iba a dejar escapar por mucho que me hablaran de gemelos no natos. Pues bien, lo volví a sentir en cuanto entré por mi casa, en aquel momento un agujero destartalado que se caía a trozos con uralita por todas partes. Enseñaba el vídeo y notaba que las reacciones eran similares a cuando te cortas el pelo, te queda mal y nadie se atreve a decírtelo. ‘Qué guay tía, me alegro’. Sordo. Todos con el excel de la lógica en la mano mirándome como si se me hubiese ido la olla por completo. Yo igual es que vi mucho Divinity, pero sabía que la luz no se compra tan fácil, y aquí sólo sobraban dos tabiques para dejarla pasar a todas las estancias.
Total, que el otro día me enteré que se vende el séptimo del edificio de al lado. Piden 100k más de lo que me costó esto a mí, de los 90, sin actualizar. El equipo excel de nuevo echándose las manos a la cabeza. Antes me paraba en los escaparates de las inmobiliarias para ver por cuánto me podía comprar un piso. En cuanto me enteré de lo del séptimo, he vuelto a pararme, ahora para ver por qué cifra puedo venderlo. Y tienen razón, es una cifra descomunal. ‘Véndelo, ¿cuánto tardas en ganar ese dineral trabajando?’. Supongo que de nuevo, hay gente opinando que estoy mal de la cabeza porque mi economía tras la reforma está al límite del colapso y yo me empeño en seguir comiendo calabaza y arroz, sin comprar nada innecesario, ni salir de la ciudad hasta que acabe de pagarla.
Lo que quiero decir es: la intuición me hizo comprar algo que a ojos de todo el mundo era un error. Acabó siendo no sólo un piso mejor de lo que me podía permitir, sino que al parecer es potencialmente el negocio del siglo. Y eso no es suerte, o no todo. Un poco sí, claro. Creo que la intuición realmente es un montón de información que está almacenada en algún sitio al que tu cerebro tiene acceso aunque no seas capaz de buscarle una relación muy lógica. Un artículo que leíste en el Faro hace 5 años de qué zonas se iban a revalorizar más. Alguna conversación de bar que escuchaste de refilón que el novio de Perica se dedica a reformar pisos antiguos de herencias de hermanos que no se ponen de acuerdo y los vende por el doble. Esto y lo otro. Hay una serie (y peli) de un tío que se toma una pastilla NZT y de repente tiene acceso a todo. Fantaseo mucho con eso, ojalá tener esa pastilla. La intuición, si la tienes bien calibrada es algo parecido.
Ahora mi intuición dice que no lo venda porque es mi casa. Y el corazón tiene razones que la razón desconoce ;)
Pedro, Pedro, Pedro
Otra cosa en la que pienso mucho, es que me encantaría que en mi boda / despedida de soltera/ algún otro hito vital que se celebre socialmente con una fiesta –porque el mío, que ha sido comprar una casa y me parece el más meritorio de todos después de parir un hijo, no se celebra y no entiendo por qué– hubiese en el mundo una canción viral, pero cuando justo acaba de salir.
Este fin de semana varias amigas estaban de despedida y todas van a tener la misma banda sonora: Pedro, Pedro, Pedro, Pedro, Pe.
Hay semanas que hay canción viral, y semanas que no. Y cuando hay y te cuadra con un hito vital, la escucharás dentro de unos años en un kebab que sigue poniendo música pasada de moda y te llevará directamente a ese fin de semana. Eso es guay. Y eso es comunicación también. La música y los olores, máquinas de teletransporte directo.
Otra cosa que me hizo pensar Pedro,Pedro, Pedro es que deberían estar prohibidas las canciones con nombre de personas. Tú te llamas Pedro, vas tan tranquilo por la vida, y al día siguiente eres un meme. Mi amiga Clara el año pasado soportando el clara-mente en cada esquina, santa paciencia. Los Alejandros cuando Lady Gaga. A mí me pasó con el ‘gracias Sara’ del mundial de 2010. No sé a cuánta gente mandé a la mierda para mis adentros.
Novedades en nuestro querido instagram
Han cambiado el formato de las stories destacadas y no le gusta a nadie.
Ahora no son redondas, son rectangulares. La portada sigue teniendo una resolución de 1080×1920 píxeles. Esta es una medida estándar para contenido vertical (usadla por dios, no subáis a stories fotos horizontales en pequeño que es horroroso). ¿Qué pasa con esto? Que ahora se ven muchísimo, y cuando entras a un perfil, ocupan prácticamente todo. Así que, cuando alguien llegue a tu perfil, va a ser lo que vea y va a ser dónde entre. Tomate esto como la señal para revisarlas, borrar las que ya no vienen a cuento, y si tienes una cuenta profesional, asegurarte que ahí está info clara de a qué te dedicas.
Piensa que en instagram, sólo ven tus stories el 5% de tus seguidores. en destacados, te aseguras que ese contenido no se pierda. Se dice, se comenta que sólo están haciendo pruebas en España. Que si al final no gusta, lo pondrán como antes. Eso nunca ha pasado, pero por si acaso, guardad las portadas redondas.
Truco definitivo para ‘la mejor hora para publicar’
Estoy haciendo un estudio para mis cuentas. Para la próxima os cuento conclusiones. El prime time de toda la vida son las 20h-21h. El súper prime time: el domingo a las 20h. Pero, precisamente por intuición, sé que ese ya no es por mucho que lo digan las estadísticas. Si lo intento racionalizar, supongo que Dulceida anunció su embarazo un martes por la mañana, raro. Maria Pombo también no sé qué historias a medio día. Y estas chiquitas no dan puntadas sin hilo. Así que yo dije: ¿tú cuando estás con el móvil? Cuando te levantas, lo primero a lo que le echas la mano. Si señores, somos yonkis, aceptémoslo. Total, que empecé a subir algunas cosas a las 7-8 am, cuando media España que nos levantamos a currar ponemos el despertador. Resultados mejores que la media. Pero ahora hay un truco, que es empírico.
Si vas a ‘transmitir en directo’, te pone exactamente cuántos de tus seguidores están conectados en ese momento. Ahí tienes la respuesta con datos. Lo hacéis y me contáis, que me interesa.
Soy una chica con oficina
La idea era contarlo cuando pusiéramos la pegatina en la puerta, pero eso creo que va para largo porque cuando trabajas en comunicación, la tuya siempre es la última de la lista. A mí ya me conocéis, pero a Ale seguramente no. Diseñadora gráfica detrás de todo lo que hacemos en La Comuniquería (página también sin acabar, estamos en ello). Después de casi 7 años trabajando en casa, estaba a punto de perder la chaveta. Si te quitan la pasta, te quitan el ocio. Y de repente estás encerrada sin ver a otros seres humanos en días. La intuición me pedía salir, pero no me lo podía permitir. Hasta que una señora se llevo mi coche por delante y me dieron dinero por reventármelo. ¿Qué prefieres, salud mental o coche? Salud mental es la buena, a los sitios se puede ir en autobús. Si te gusta y te lo puedes permitir, dale, nuevamente. Pues así de contentas estamos de compartir oficina con María y Brenda de El Ático, Susana de Plumeria (fotógrafa detrás del 80% de mis curros también), Susana de Eventeo y Elvira de Les Cocons.
Una oficina de chicas es otro rollo. Además del clima metereológico, se consulta el clima astral por lo que pueda pasar. Se opinan de los looks para el finde, se habla telenovelas colombianas y otras cosas más serias como que se autónomas es una basura en tiempo de impuestos.
Esta semana leí:
Votos en contra, de Rayden. Lectura ligera para una tarde de playa, lo que necesito ahora que tengo la cabeza como un bombo. Es entretenido, pero tampoco os voy a decir que vayáis corriendo a por él, que mis manos llegó por casualidad. Ahora voy con el último de Milena Busquets, que ese sí que promete mucho subrayado.
Esta semana vi:
Cómo conocí a vuestro padre, en Disney +. Era muy fan de Hilary Duff cuando era adolescente, y sigo siéndolo. Me parece una tía mega talentosa, preciosa y súper poco valorada. Culpo a la escena final de series como esta de mis altas expectativas a la hora de enamorarme de un completo desconocido en la calle. Unpopular opinión: me gusta más que HIMYM porque me siento mucho más reflejada (Tinder, poca disponibilidad emocional, FOMO…)
La canción en bucle ahora mismo:
Hemos escuchado tantas tonterías, que casi se me olvida a lo que venía.
Otra vez tarde, las circunstancias siguen apretando. Hope you don’t mind.
Y si te gusta, y te lo puedes permitir, adelante. Y ahora no estoy hablando de pisos ni de oficinas.
Besos,